Ayer fue un día duro. Para el mundo deportivo y la «peña de la zarzuela». Le conocí hace al menos 4 ó 5 años. Era un asiduo a la Gran Gala de Zarzuela que cada enero se concede en el Auditorio Nacional y las posteriores fiestas, con música y sidras, que organizábamos.
Él, acompañado absolutamnete siempre que le he visto de su mujer Adela, me pedía que tocara ‘Le Rondé des Lutins’ de Bazzini. Creía en mí.
Aun recuerdo como anécdota en junio de 2015, en Teatro del Canal, en el homenaje a Bernardino, tenor, que había fallecido, que estuvo grabando el concierto entero. Los azafatos del teatro le llamaban la atención, pero él continuaba grabando. Rosetti es que era así: osado pero bondadoso.
La última vez que le vimos fue en enero, le regalé mi disco junto a Agatha Ruiz de la Prada y nos sacamos una foto. Él la retuiteó. Siempre fue presto a la hora de ayudar y apoyar la cultura.
Sin ti, amigo, las fiestas de zarzuela no van a ser lo mismo.
Gracias por tantas risas, gracias por tu compañía, gracias por tu voz y nobleza.
Allá donde estés, amigo, querido Rosetti, te imagino tomándote un copa de Carraovejas (que tanto adorabas), escuchando alguna zarzuela y cantando siempre #HalaMadrid
Elena Mikhailova